Jefes y jefas existen muchos, “de todas clases y colores”. Hay tantos tipos de jefes como personas diferentes en el mundo, porque cada personas es única y como jefes y jefas también lo serán. Sin embargo, si ya tienes cierta trayectoria laboral es posible que ya te hayas topado con muchos y puedas identificar alguno de los que vamos a presentar en este artículo.
Conocer los diferentes tipos de jefes es importante en tanto en cuanto su labor y su estilo de liderazgo muchas veces determina la productividad y el ambiente de la empresa.
Conocerlos permite potenciar los puntos fuertes y corregir aquellos que estén siendo un obstáculo para el bien curso de la compañía. Entender su forma de trabajar y actuar también le da pistas al trabajador sobre cómo actuar ante ellos. Vamos a conocerlos.
Según en qué nos basemos para definirlos, podemos crear más o menos categorías de tipos de jefes: según su carácter, según el nivel de directividad, según estén enfocados en fomentar la productividad o las relaciones personales, según su edad y generación…
En 2018, el Observatorio Generación y Talento elaboró un informe del estudio “Liderazgo Intergeneracional” en el que se analiza los comportamientos directivos de los managers según la generación a la que pertenecen y les atribuyen unas características concretas. Vamos a conocerlos.
Los tradicionalistas, los managers veteranos
A esta categoría pertenecerían los jefes que nacieron antes de 1955 y probablemente queden pocos porque se acercan a la edad de jubilación. Estos jefes eran y son corporativos, comprometidos, experimentados, orientados hacia los resultados.
Son personas de edad avanzada que, muy probablemente, estén anclados en un tipo de liderazgo jerárquico y autoritario. Pueden tener prejuicios hacia las mujeres y los trabajadores más jóvenes. Suelen resistirse a los cambios y al avance de las nuevas tecnologías. En cambio, son personas con un gran conocimiento del sector en el que trabajan y tienen una grandísima red de contactos.
Los baby boomers
Por norma, corresponden a la generación de los nacidos entre 1956 y 1970. Son jefes expertos, rígidos, controladores, respetuosos y muy trabajadores. Aunque son mas jóvenes que los tradicionalistas, pueden no llegar a dominar las nuevas tecnologías y resistirse a su implementación en los procedimientos de la compañía.
Suelen ser buenos jefes en el sentido de que saben definir los objetivos y estrategias de sus equipos, potencian y desarrollan el talento de sus colaboradores y son buenos en gestión de conflictos. Sin embargo, con estos jefes, la conciliación es una asignatura pendiente.
Los jefes de la generación X
Los jefes nacidos entre 1971 y 1981 se les considera productivos, adaptativos y colaborativos. Son percibidos como una generación “bisagra” entre los baby boomers y los millenials. Estos jefes ejercen relaciones menos jerárquicas y más orientadas a las relaciones personales.
Son jefes asertivos y cercanos: escuchan a su equipo, le enseñan y lo empoderan, fomentando la autogestión de sus trabajadores. A nivel de productividad, en lugar de ofrecer un feedback a final de proyecto basado en resultados (como los jefes baby boomers), ofrecen un reconocimiento constante y basado en la crítica constructiva.
En un equipo liderado un un jefe de la generación X es más probable que haya más puestos ocupados por mujeres que en cualquiera de las anteriores generaciones. Quizá por ello sean más sensibles a la necesidad de conciliación laboral.
Los jefes de la generación Y, los millenials
Estos jefes nacieron entre 1982 y 1992. Son ambiciosos, dinámicos, persistentes, exigentes -consigo mismos y con su equipo- e individualistas, aunque su estilo de liderazgo está muy orientado hacia las relaciones interpersonales. También les gusta trabajar en equipo y siempre bajo presión. Pueden tener dificultades a la hora de gestionar planes a largo plazo por el ritmo frenético al que trabajan.
Por su edad, son tolerantes y tiene gran capacidad de adaptación, lo que les hace jefes y trabajadores mucho más versátiles. Son más creativos a la hora de dar soluciones y tienen un mayor compromiso social.
Esta generación puede tener falta de experiencia debido a su juventud y pueden tener dificultades para gestionar equipos con trabajadores de mayor edad que ellos, sobre todo, si estos son de otras generaciones algo más “rígidas”. Los más jóvenes millenials viven inmersos en el mundo digital, lo que hace difícil la desconexión laboral.
Como hemos visto, los jefes pueden agruparse por la generación a la que pertenecen. Esto no significa que sean jefes cortados por un mismo patrón y que haya tips establecidos sobre cómo actuar y trabajar con ellos.
Significa, más bien que, son personas, que por haber vivido en una determinada época han vivido acontecimientos personales e históricos parecidos y se han desarrollado en un contexto social y político determinado, lo que define parte de su forma de ser. Por ello, hay que saber adaptarse a las características de los jefes de cada generación.
Ante la rigidez…flexibilidad
Los jefes mas mayores, los tracidionalistas y los baby boomers, como hemos visto, suelen estar adheridos a jerarquías y formas de trabajo bastante rígidas y les cuesta implementar nuevos procedimientos, sobre todo si van muy de la mano de las nuevas tecnologías.
En primer lugar, intenta adaptarse a su forma de trabajar “sin morir en el intento”. Por otro lado, poco a poco, intenta introducir pequeños cambios, haciéndolo de manera abierta y haciéndole partícipe. Recuerda que quizá tú hayas nacido sabiendo manejar una tablet, pero él sigue haciendo esquemas en un folio.
Seguramente, con el tiempo y con práctica acaben apreciando los beneficios de procedimientos nuevos y más eficientes. Pero ten paciencia. Nadie nace sabiendo. Bueno, quizá la generación alpha sí.
Ante el exceso de control e intromisión… Límites claros
Mencionábamos que los jefes pertenecientes a las primeras generaciones suelen ser más rígidos, tienen dificultades para delegar trabajo y les gusta estar al tanto de todo lo que ocurre en sus equipos. Prefieren cargarse a la espalda todo, que formar diferentes equipos con diferentes jefes.
En caso de que esto ocurra, enfócate en mostrar tus habilidades y ofrecerte para dirigir un pequeño grupo de personas. Hazle entender que estás capacitado para llevar a cabo funciones que exijan mayor responsabilidad y que él siempre va a estar al tanto de cada movimiento. Con el tiempo, delegaran progresivamente y si te ganas su confianza, dejará de estar tan encima de tu trabajo.
Este “estar encima” puede ocurrir también en las nuevas generaciones, en la generación de los millenials, aunque no de la misma manera. Gracias a las nuevas tecnologías, podemos saber en tiempo real cuánto trabaja una persona, si es productiva y si cumple sus objetivos. Se pueden mandar gran cantidad de correos y realizar un exceso de llamadas.
Muchas veces, con la excusa de “yo lo mando ya y que lo lea cuando sea”, las personas no son capaces de terminar de desconectar nunca de la jornada laboral porque siempre tienen un correo en pantalla que les pone “en preaviso” de lo que vendrá. Antes esto, ponte límites, tanto a ti mismo como a otros. Salvo extrema urgencia evita abrir y responder correos de trabajo, respeta tus horas de descanso, pide ese respeto, y respeta las de tus compañeros.
Amistad, sí… pero que no interfiera con el trabajo
En los equipos liderados por jefes más jóvenes se fomentan mucho las relaciones interpersonales, el espíritu de equipo, la colaboración, la amistad… Lo cual es perfecto. Sin embargo, quizá lo que se debería fomentar en mayor medida es la confianza y el compañerismo.
Cuando un jefe es mas amigo que jefe, podemos encontrarnos con problemas. Él, por la amistad que os une, va a sentirse libre de pedirte, quizá y como favor, algo más que a tus compañeros o a horas a las que otros no están trabajando. Y tú, por la amistad que os une, vas a responder y vas a colaborar “porque es tu amigo”.
Otro problema es que las responsabilidades pueden verse diluidas, los plazos de entrega ser algo laxos y el estándar de calidad estar por debajo de lo establecido. Esto puede generar favoritismos, que pueden provocar rechazo en el resto de trabajadores, lo que puede cargarse el buen clima de trabajo y, en consecuencia, los buenos resultados. No olvidamos mencionar el problema que supone que un conflicto laboral se convierta en un asunto personal que agrave el conflicto laboral de base.
Por todo esto, es importante entender que la amistad es perfecta de puertas a fuera, pero que de puertas a dentro puede traer más problemas que beneficios. Por eso, centrémonos más en promover la confianza y la colaboración que la amistad en sí. Además porque las amistades surgen, no pueden forzarse.
Cabe esperar que los nuevos tipos de jefes, los salidos de estas ultimas generaciones, la generación Z y la generación alpha, los nativos digitales, al llegar a jefes, tengan más que dominadas todas las habilidades tecnológicas y digitales. Además, tendrán una capacidad de aprender procedimientos basados en las nuevas tecnologías y utilizarlos mucho más rápido que las personas más mayores.
Con lo que se lucha a día de hoy por la igualdad salarial entre hombres y mujeres, la integración, la conciliación y el trabajo en equipo, parece claro que estos jóvenes jefes tendrán, probablemente y con diferencia, mucha más conciencia social.
Quizá el mayor obstáculo con el que se encuentren sea el de gestionar equipos de personas más mayores y de otras generaciones. ¿Vendrán los futuros jefes con las habilidades sociales, la asertividad, y la diplomacia más que interiorizadas? ¡Lo veremos!